Artículo RAR CAPÍTULO 1

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Una comunidad internacional fortalecida

Los esfuerzos de la comunidad internacional para abordar la reducción del riesgo de desastres se consolidaron en 1990 a través de la implementación de marcos y acuerdos entre países, motivados especialmente por la ocurrencia de eventos devastadores con grandes pérdidas humanas y materiales durante la segunda mitad del siglo XX. El RAR revela cómo se han fortalecido los acuerdos internacionales a lo largo de los últimos 30 años, transformando la noción de riesgo y evidenciando la importancia de identificar los impulsores del riesgo de desastres para alcanzar el desarrollo sostenible.

 

El camino hacia la consolidación de los acuerdos internacionales comienza con la implementación del Decenio Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales (DIRDN) 1990-1999 proclamado por Naciones Unidas en 1989. Este fue el primer esfuerzo sistemático de la comunidad internacional para reducir los desastres, impulsado por científicos de las ramas de las ciencias naturales para ampliar el conocimiento sobre las amenazas de origen natural y así disminuir la ocurrencia de desastres. El RAR refleja cómo América Latina y Caribe, que desarrollaba desde hace varias décadas investigaciones sobre el tema con un enfoque desde las ciencias sociales, produjo una vasta cantidad de material de conocimiento basado en la consigna “los desastres NO son naturales”, iniciando el camino hacia incorporar en los acuerdos internacionales subsiguientes la acción humana como propulsora de los desastres y creadora de riesgos. 

 

Ante la implementación del DIRDN, de acuerdo con el RAR, no era suficiente fortalecer la capacidad de respuesta una vez que los desastres habían ocurrido, sino que se debía incorporar una visión de prevención y mitigación de los efectos de desastres, con un enfoque participativo de las comunidades afectadas. Como resultado, en 1994 se establece la Estrategia de Yokohama para un mundo más seguro[1], con el fin de darle mayor impulso al DIRDN desde un enfoque de prevención y sobre la necesidad de los países de establecer planes y estrategias que aborden el tema.

 

“El sector privado y el sector público deben trabajar en conjunto: hay recursos que el otro sector puede no tener, pero uniendo fuerzas y colaborando se pueden maximinar los esfuerzos para reducir el riesgo de desastres”. Lizra Fabien, Directora Ejecutiva de la Asociación de Industria y Comercio de Dominica (DAIC) y miembro de ARISE

 

Se resaltan en el RAR los aportes de América Latina a los acuerdos internacionales fortaleciendo la noción de que los desastres no son eventos de la naturaleza per se sino el resultado de la interacción entre la sociedad y la naturaleza; una noción innovadora dado que los esfuerzo del DIRDN eran dirigidos solamente a estudiar las amenazas naturales. Por un lado, la Declaración de Cartagena[2] de 1994 estableció los postulados que fueron la piedra angular para la construcción de la noción de riesgo actual y alimentó la Estrategia de Yokohama. Por otro lado, la Declaración de Manizales[3] de 2004 resaltó la necesidad de nuevas formas de gobernanza y de que la gestión del riesgo fuera transversal a otras agendas de desarrollo.

 

Estos postulados fueron incorporados en el Marco de Acción de Hyogo para 2005-2015 (MAH) donde se introdujo la noción de factores subyacentes de riesgo, entendidos como la inadecuada gestión del medioambiente, la falta de planificación del uso de la tierra, prácticas inadecuadas de desarrollo social y económico y el crecimiento de las ciudades, entre otros. El análisis realizado por el RAR refleja que, si bien hubo avances en la integración del riesgo en temas de inversión pública, planificación financiera y marcos institucionales, este Marco tuvo grandes vacíos a la hora de generar información confiable sobre las pérdidas ante desastres y en evidenciar acciones de los países para reducir los factores de riesgo subyacente.

 

El Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030[4] es el marco internacional que está vigente hoy, el cual consolida los aprendizajes y avances en la materia, alimentado por agendas para el desarrollo como la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible[5]. Según el RAR, el Marco de Sendai incorpora los logros del MAH y reconoce que no fueron suficientes dada la gran cantidad de desastres ocurridos y el incremento en las pérdidas y daños asociados. Para el RAR, el Marco de Sendai representa la consolidación a nivel internacional de los avances en la comprensión del riesgo, introduciendo conceptos de gestión correctiva, prospectiva y compensatoria del riesgo, a la vez que se priorizaron la gobernanza del riesgo y la necesidad de reconstruir mejor.

 

“El Marco de Sendai incorpora una visión integral del desarrollo, identificando la necesidad de comprender más ampliamente el riesgo de desastres, incorporando cuestiones que los marcos anteriores todavía no habían procesado. Pone acento en la planificación y en la incorporación de nuevos actores, como los migrantes, las personas en situación de discapacidad y grupos de género, desde un enfoque de capacidades: ya no son sujetos pasivos de políticas sino que se les da un rol protagónico.” Raquel Lejteger, arquitecta especializada en gestión del riesgo de desastres, consultora de Naciones Unidas, coautora RAR

El RAR afirma que la búsqueda de alianzas y el trabajo con múltiples sectores ha sido prioritario para la región. Se destaca el establecimiento de redes y agrupaciones de la sociedad civil para el impulso de la gestión del riesgo, sobre todo en el desarrollo de mecanismos como los sistemas de alerta temprana y en actividades posdesastre. Ejemplos son el Centro de Coordinación para la Prevención de los Desastres en América Central y República Dominicana (CEPREDENAC) y la Agencia de Manejo de Emergencias por Desastre del Caribe (CDEMA, por sus siglas en inglés).

 

“La cuestión es cómo lograr que los actores relevantes del desarrollo, tanto el gobierno como el sector privado, incorporen la temática de gestión de riesgo como relevante desde dos perspectivas: tanto reconocer el efecto positivo que puede tener la gestión del riesgo en el servicio público brindado como la rentabilidad que se puede lograr y el ser reconocido como un actor que contribuye al desarrollo del país.” Carlos Picado, Jefe de la Unidad de Desarrollo Estratégico de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) de Costa Rica

 

Dentro del período de implementación del Marco de Sendai, el RAR también destaca la consolidación de alianzas con el sector privado como la Alianza del Sector Privado para Sociedades Resilientes ante Desastres (ARISE)[6], la cual representa el primer esfuerzo sistemático y de largo alcance para incorporar a este sector en favor de la reducción del riesgo de desastres en temas de inversiones e infraestructura resiliente, establecimiento de seguros contra desastres y el trabajo con Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes).

 

“La red ARISE es la alianza del sector privado para la reducción de desastres donde se está tomando acción para mitigar el riesgo de desastres, de manera de no dejar todo el trabajo para el gobierno. En el Caribe hay cada vez más países buscando sumarse a la red ARISE.” Lizra Fabien, Directora Ejecutiva de la Asociación de Industria y Comercio de Dominica (DAIC) y miembro de ARISE

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El RAR refleja grandes avances en materia internacional hacia incorporar los aprendizajes en la comprensión del riesgo, los procesos que dan lugar a su construcción y acumulación y la realización de alianzas entre otros sectores de la sociedad para reducir el riesgo de desastres. Sin embargo, el Reporte también da cuenta de que las acciones tomadas por los países no atacan los factores de fondo, los cuales continúan alimentando la construcción de riesgos. El gran reto que expone el RAR  para los años siguientes es que los países redefinan su compromiso con las acciones recomendadas por el Marco de Sendai, dado que sus metas están en peligro de alcanzarse, especialmente frente al escenario de crisis que ha dejado la pandemia COVID-19. 

 


[1]Durante la Conferencia Mundial sobre la Reducción de los Desastres Naturales, celebrada en Yokohama, Japón, mayo 1994.

[2]Producto de la Conferencia Interamericana sobre Reducción de los Desastres Naturales que tuvo lugar en Cartagena de Indias, Colombia, dos meses antes de la Conferencia Mundial en Yokohama.

[3]Esta Declaración fue el resultado de la Conferencia Interamericana sobre Reducción del Riesgo de los Desastre”, realizada en Manizales, Colombia.

[4] Tercera Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre la Reducción del Riesgo de Desastres, celebrada en marzo de 2015 en Sendai, Japón

[5] A partir de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible “El futuro que queremos” de 2012.

[6] “(…) esta red cuenta con 19 redes nacionales del sector privado en la región y 2 redes subregionales (Centroamérica y el Caribe). Representan a cientos de empresas de todos los sectores y han sido un espacio para la construcción de capacidades, la diseminación de herramientas (p.e. COVID-19 Small Business Continuity and Recovery Planning Toolkit ) y buenas prácticas, además de propiciar el diálogo dentro del sector empresarial y entre los ámbitos público y privado.”, RAR-LAC 2021, pp.

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